Su memoria continuará luchando en la construcción persistente de nuestra historia patria.
El mundo actual ha vigilado nuestra historia para purificarla y evitar el contrabando de colgar en sus gloriosas páginas a los indeseables traidores culpables de las desapariciones, torturas, asesinatos, persecusiones, etc.
La Gran Traición con sus odiosos aúlicos o compinches que todavía defienden lo indefendible quedará en la historia como un pasaje cruel y tenebroso donde los hijos y nietos de esos traidores y sus compinches deberán encarar en el futuro la vergüenza de los actos de sus contumaces progenitores.
Mientras nosotros insistimos en la búsqueda de nuestros seres queridos. Los nietos e hijos (y todos sus descendientes) de la Gran Traición ellos los repudiarán con el olvido y sentirán la gran vergüenza.